Unos Mateikos




Estaba tomando unos mates dulces, cuando de repente, del crucifijo de aluminio que cuelga de la pared, se descrucificó Jesús y salió volando.
Esto es  una re macumba, me dije.
Volaba como los pájaros, de costado. Voló por encima de mí y se me posó en el hombro. Acá tengo que pedir uno, dos, tres deseos, me dije. Pero no, no era Jesús. Era un transformer.  Se transformó en una motocicleta en miniatura y me dijo
"subite, tenemos que salvar a la presidenta, hay que repartir mil asignaciones universal por hijo en un día". Yo me subí y salimos por la ventana a mil.
Mientras bajábamos por las paredes del edificio y el viento me daba en la cara re bien, pensé: estoy cansado de que suban fotos a facebook de perritos paralíticos, de gatitos con síndrome de down y de gente deforme con una teta en la cabeza.
esa foto del chinito sin brazos y sin piernas que parece un pomelo con cabeza es un bajón, te tira para abajo mal. Todo bien , pero no…
Facebook es para escribir cosas bellas, Subir cosas a favor de este gobierno, fingir que tenemos una vida feliz, averiguar quien tiene plantitas de cogollos
encontrar a gente que tenga nuestro mismo nombre y apellido; discriminar a los grasas y acosar a la gente linda.

Después agarramos por la ruta. Yo iba muy emocionado cantando:
“Olélé -olálá viajo en un transformer con nafta nacional”.
Pero el jesus transforme frenó y me dijo
“tenés que bajarte flaco, me equivoqué, me acaban de llegar ordenes de mis superiores, no sos el elegido para salvar el proyecto de país”.
- en serio? que bajón.
-sip.

Me bajé de la motito y me quedé a un costado de la ruta. La moto siguió su camino en busca del elegido. Lamenté mucho no ser yo el héroe.
Me sentí re mal, como cuando me había obsesionado con el bronceado perfecto. Todos los días iba al solarium. Como las chicas del solarium ya me conocían, me dejaban entrar solo a las camas solares.
Pero un día me quedé dormido y me zarpé.
Cuando me desperté,  estaba negro Pelé.
 Mi novia me vio y  casi se muere.
- ¿te pintaste la cara con chocolate?
-no, me quedé dormido en la cama solar.
- parecés el doctor Doolittle.
-no es para tanto, tengo un re colorcito.
-si, tenés un re colorcito a sorete.
No salí de mi casa por dos meses.

Caminé un par de kilómetros escuchando en el mp3 la discográfica completa de Iván Noble. Como estaba cerca, pasé por la casa de Pablo. Pablo es un amigo mío del secundario. Lo quiero mucho, tiene una historia de vida de mierda.
Es re pobre. La mamá es una gorda villera re puta que tine que usar una oveja de tampón y él es hijo de siete padres diferentes.
Vive con sus quince hermanos hacinados en un pozo.
“vivo como un conejo, guacho” siempre me dice Pablo.

Fui hasta la puerta de la madriguera y aplaudí. Salió uno de los hermanos con un collar de salamines.
-holis ¿está pablo?
-no, salió hace un rato
-ah... bueno
-¿querés un salamín?
-no gracias.
- tomá mi hermano se afanó un blindado lleno de salamines, estamos hasta el cuello de salamines.
- gracias.

Agarré el salamin y me fui.
Caminé un par de cuadras y me senté en el cordón de la vereda a esperar el colectivo.
Pablo hace mucho, me contó una historia de cuando el era chiquito.
Cuando él tenía ocho, siete años, un día la mamá le dijo:
-pablo, tenes que salir a trabajar porque no nos alcanza la plata.
-para qué no nos alcanza- preguntó Pablo
-para Internet, no puedo pagar Internet -dijo la mamá- por eso te compré esta caja de turrones para que salgas a vender al centro.
-bueno-dijo Pablito.
-pero acordate hijo mio- No hay que confiar en la gente que no toma mate. En la gente que es puntual y en la gente con barba candado.

Pablo asintió con la cabeza, agarró la caja y salió para el centro.
En el camino se encontró con un hombre que vendía  pen drive. El hombre explicó a pablo que eran pen drive mágicos, que si los conectaba a la tierra iba a tener Internet gratis e ilimitadamente; y se las ofreció a cambio de la caja de turrones.
Pablo aceptó el cambio y volvió contento  a su casa.
Su madre se puso como loca y le pegó una piña. Enojada, agarró los pen drive y los tiró afuera.

Al día siguiente, Pablo se levantó y se tomó unos matecitos de pasto con biscochitos de barro, que era lo único que tenía para desayunar, y fue grande su sorpresa cuando al sacar la cabeza por el pozo vio que los pen drive habían crecido. Eran cables de fibra óptica que llegaban al cielo. Sin pensar Pablito trepó por los cables, y subió lo más alto que pudo, pasó las nubes, donde encontró una ciudad desconocida.

Entró en un chalet enorme y vio a un gigante malvado guardar en un cajón una cajita que, cada vez que se levantaba la tapa, dejaba caer una moneda de oro. En cuanto el gigante salió de la habitación, pablo agarró la cajita y se la guardó. Desde su escondite, pablo vio que el gigante se tumbaba en un sommier, mientras un arpa tocaba sola sin que ninguna mano tocara las cuerdas. Sonaba una música hermosa. Mientras el gigante escuchaba aquella melodía, se fue durmiendo, poco a poco.  Pablo  aprovechó la ocasión, agarró el arpa y salió corriendo. Pero el arpa estaba encantada. Al ser tomada por pablo empezó a gritar:
- ¡ nos entraron a afanar guacho!

El gigante se despertó de un sobresalto y empezó a perseguir a pablo.
“Te voy a matar cuando te agarré, chorro de mierda” Gritaba el gigante.
Al llegar a los cables de fibra óptica, Pablo vio que el gigante también estaba bajando. Estaba hasta las manos. Así que mientras bajaba por los cables gritó a su madre, que le trajera urgentemente una espada. Su madre acudió con la espada y Pablo, de un solo golpe, cortó el cable mágico. Al caer, el gigante se mató.
Pablo y su madre vendieron la cajita que, al abrirse, dejaba caer una moneda de oro y se compraron un televisor lcd de noventa pulgadas y pagaron Internet y el cable.
Al gigante lo hicieron chorizos y salieron a venderlos a las salidas de los boliches.
Y con eso tiraron bastante.


En el viaje en el colectivo,  de regreso a mi casa, el tipo que venía sentado al lado mio se quedó dormido y apoyó su cabeza en mi hombro. Era un linyera y tenía mucho olor a dedo.
Me sacudí pero no se despertaba. Me hice el que tosía pero no había caso. Agarré el salamín que traia en el bolsillo y le pegué en la cabeza.
El tipo se despertó y me miró aterrorizado.

- ¿qué hacés flaco con ese salamín?
-nada
-te lo voy a meter en el culo pendejo , como me vas pegar con eso
-tomá te lo regalo, no te calentés
-bueno gracias
-de nada
-che, queso no tenés?
-no
-uy flaco vos estás re loco como vas a comer salame sin queso


Me bajé dos paradas antes de mi casa, el linyera estaba muy pesado y yo ya no tenía ganas, realmente,  de escuchar a nadie.

10 comentarios:

  1. Vivo como un conejo wacho
    tomá mi hermano se afanó un blindado lleno de salamines, estamos hasta el cuello de salamines.
    el linyera estaba muy pesado y yo ya no tenía ganas, realmente, de escuchar a nadie.
    Mientras el gigante escuchaba aquella melodía, se fue durmiendo, poco a poco.
    dale te lo regalo no te calentes
    (te imaginas ahí?? yo si. mientras lo escribia te veia en las situaciones)

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  2. Creo que el relato tiene su principal fortaleza en evocar imágenes llenas de cotidianidad y pesadumbre, como las que Pablo menciona.

    El lunfardo es atractivo por su velocidad, aunque a ratos se vuelve algo repetitivo.

    A resaltar más la historia de Pablo que es la parte fuerte del relato. Creo que el Jesús Transformer no aporta demasiado y le quita bola a Pablo.

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  3. jajaj Facebook es para escribir cosas bellas, Subir cosas a favor de este gobierno, fingir que tenemos una vida feliz, averiguar quien tiene plantitas de cogollos
    encontrar a gente que tenga nuestro mismo nombre y apellido; discriminar a los grasas y acosar a la gente linda.

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  4. "Olélé -olálá viajo en un transformer con nafta nacional”. sos genial.

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  5. que viaje chanbómmmm

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  6. wow que kapo que sos como que guillermo andino!!!!

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  7. Soy yo, amilcar. Me gustó mucho. Creo que es una de las mejores cosas que escribiste.

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  8. Si cuando viste al trasformer sonreiste y " asististe" con la cabeza manda ciego al 666, si le pegaste una piña en la cara cantate una que sepamos todos y contate otro. Me ceba 3 mil !! Mucho. Y me rei. 247.

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