Me rescataron el porro.

Resulta que la otra vez, mi hermana trajo a mí a casa a cenar a un amigo de ella
y el chabón se quedó a dormir. Porque vivía lejos y se le había pasado el colectivo.
Se quedaron los dos. Durmieron en el sillón.
Y a la mañana cuando se fue, el chabón se llevó mi porro. Me lo robó.
Lo tenía en la mesada, sobre el cenicero. Un veinticinco re bien.
Y cuando lo fui a buscar, no estaba más.
Era obvio que era él, que me rastreó. Porque es medio callejero.
Maluco les dicen a esos, son cruza de punk con hippie, con mochilero y artesano.
Le dije a mi hermana, que su amigo me había robado.
Ella me dijo, que podía ser, que él es de hacer esas cosas.
¿Y si hace esas cosas, para que lo traes a mi casa? le dije.
No sé, me dijo, es copado a veces.
Todo mal. Encima a la noche fue al baño y seguramente usó mi cepillo de dientes.
Sos un paranoico, me dijo mi hermana.
Que paranoico ni paranoico, si estos son así, te chupan; como viven viajando no les importa nada. Aparecen con la mochila de mochilero y se te instalan.

A la tarde fui a donde vendía sus artesanías, y lo apuré. Le dije que era un ladrón, que me devuelva el porro. Me dijo que me tranquilizara, que se lo llevó sin querer. Y que en la semana me iba a invitar fumar flores, cogollitos, fasito sin karma. Y me regalo un collar con semillas de zapallo.
Seguí mi camino.
¿Podes creer?, que hago yo con un collar, yo quiero mi porro. Nada de facito natural, quiero mi paraguayo, que así como es, con saborcito a pis y a esclavitud, me encanta.


La onda freak me queda mal.


Antes de dormir miro mi rostro en el espejo del baño. Los
años y el look equivocado dejaron sus marcas. Soy una mezcla de
Ceferino Namuncurá con un actor porno checo de los ochenta.
Pero podría ser peor, por suerte no soy Gepeto, no tengo un hijo
de madera que vive adentro del estómago de una ballena y me
miente.



Es más facil que te dejen.

El gato no me dejó en paz en toda la mañana. Gruñía, me rasguñaba y se me quería subir
por las piernas. Pensé que estaba así, porque extrañaba a mi ex, que era la única
que lo atendía. Pero después recordé, que leí en una revista, que los gatos
no se encariñan con las personas. Viven el día a día.
Le di de comer, pero no quiso comer. Le abrí la puerta y no quiso salir.
Seguía en el plan de molestarme.
Me toqué la ropa para ver si tenía algo, que le llamara la atención, y descubrí
un duendecito hermoso sentado en mi hombro. Tomé al duendecito de las solapas
de su trajecito verde y lo apoyé en el piso. Salió corriendo y el gato atrás.
Se metieron abajo de la cama y se quedaron ahí hasta que terminé de limpiar.

****

Después me bañé y salí a dar una vuelta, para pensar y tomar un poco de aire.
Caminé despacio, sin rumbo. Pensé en mi situación sentimental actual.
Hacía rato que quería dejar a Laura, pero no me animaba a decirle.
Los últimos dos años, éramos como hermanos. Cuando ella, me dijo que quería cortar,
sentí una mezcla de asombro y alivio. Siempre es más fácil que te dejen.
Dejar a alguien es un problema. Un gran problema.

Mientras cruzaba la calle, vi a un chico que estaba tirado en una esquina
haciendo globos con el chicle. Me acerqué para tomarle una foto.
Cuando saqué el celular y enfoqué al chico en la pantalla, me di cuenta
que se estaba drogando.
Lo que yo creía que era un globo de chicle, era la bolsita de poxiran que se inflaba
y se desinflaba mientras aspiraba.
De un sopapo, le arranqué la bolsa al nene de la boca y le dije:

-Lo que estás haciendo está mal.

-¿Vos que sabés lo que está mal o bien?, me respondió,
lo bueno y lo malo son convenciones abstractas. A mí me gusta flashar.

- Te estas matando, le dije. En el mundo hay cosas maravillosas, más lindas que
un flash de ran.

-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo, la literatura. Le dije

- la literatura me aburre.

- ¿y escribir lo que flashás? ¿No te gustaría escribir cuentos y tener un blog
para que la gente te lea?

-los blogs son una mierda, son un formato clásico. Y los cuentos ya fueron.
La teoría del cuento de Poe es cavernícola.

-discúlpame, yo tengo un blog y me encanta escribir cuentos.

-¿cómo se llama?

-¿quién?

- tu blog ¿Cómo se llama?

- tengo un linyera bajo la cama.

-ahhhhhhhh, es una mierda tu blog, la otra vez entré por el de il corvino.
Y son relatos, no son cuentos lo que escribís. Aparte redactas re mal,
tenés fallas técnicas.

-Sabés que pendejo, seguí jalando, y ojala que te mueras de sobredosis, basura.
Le tiré la bolsita en la cara y me fui.


- andá a escribir a tu blog, ignaro, me gritó, tengo amigos hackers y te lo vamos
a hakear.

-no me importa, puedo hacer otro.

****

Crucé de vereda y entré al mc donalds.
Me atendió una chica muy fea. Parecía un mono con peluca.
Tenía la cara laaaaaaaarga, como una oreja.
Le pedí un combo pequeño, de mala manera porque venía alterado

por tener la discusión con el pendejo.
Me lo trajo enseguida. Agarré mi bandeja y pasé por la caja.
El chico de la caja, me preguntó, si quería agrandar el combo por 50 ctvs.
Sí, le dije, a ver agrandá el combo. El chico pasó la mano por la bandeja
y las papas, la coca y la hamburguesa se agrandaron.
Pagué, agarré la bandeja y subí al primer piso.
Me senté del lado de la ventana. El local estaba vacío. Pensé un poco en Laura
y un poco en mí y en mi blog.
Cuando terminé de comer, el local empezó a llenarse de estudiantes y gente de oficina.
Antes de irme, fui al baño. Abrí la puerta y me encontré con el cajero.
Aspiraba un polvito por la nariz con una tarjeta. Me miró, lo miré, y me dijo
que cierre la puerta. Cerré la puerta y le pregunté si era merca. Dijo que no,
que era té vic, que estaba engripado y que así le hacía más efecto.
Me dio un poquito y era cierto, era té vic. Entraron unos adolescentes gritando
y empujándose y nos tuvimos que ir.

****

En el camino, le pregunté si hacía mucho trabajaba ahí. Me dijo que dos años.
Pero que ya estaba cansado, quería renunciar pero no se animaba, estaba esperando
que lo echen.
Le dije, que a veces es difícil tomar una decisión. Que siempre es más fácil que otro
resuelva nuestros problemas, o que se arreglen solos.

Cuando llegamos a la puerta de mi casa, estaba Laura sentada en el hall del edificio.
No nos habíamos visto en dos semanas. La saludé y entramos al departamento.
Fui a la cocina y puse la pava para tomar mate. Ella y el chico se tiraron en el sillón
a mirar televisión.
Le pregunté a Laura si se quería llevar el gato.
No sé, me dijo, después veo.

10 comentarios:

  1. los malucossss son así, son hippies rascas,hacen circo. uhgggggggg

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  2. El gasista esta arreglando el calefactor del departamento y yo no puedo dejar de reirme con tu publicacion.

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  3. es re fácil que te dejen yo hacia siempre eso pero ahora me toco dejar y es re jodido y mas cuando te obligan! la próxima me voy a dejar yo solo jejejeje

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  4. tu blog es una cagada pedretti, sabélo. Lola con amor.

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  5. le tendrías que haber roto el puesto al maluco, que buen blog, es el mejor. Lola con amor.

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  6. mirá el pibe de la bolsita, todo un erudito al final.

    este cuento o relato o lo que sea está bárbaro, que sigan las buenas historias

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  7. no tenés límites! me encanta

    el gato persiguiendo un pobre dunde fué lo mejor xD

    también está bueno ese consuelo de "por lo menos no soy jepeto" xD
    muy bueno!


    saludos.

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  8. muy bueno esta esto

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  9. El artesano que crea por necesidad y no por el amor al arte no solo te lleva el porro pero tambien vende tu casa mientras duermes una siesta.Yo le hubiera llevado el parche jejeje.Lo digo porque para un listo ,un rejodido.No soy amante al porro pero el tocar lo que no te pertenece es un abuso de confianza..Buenisimo tu cuento

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  10. vos tenes dengue pedretti ska

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