Lo violaron los hermanos curuchet


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Me compre una riñonera, esas de los noventa, de corderoy negro y con el logo de la marca de jeans “charro” bordado en blanco. Y no sé, no sé que puedo decir sobre esto. ¿y?
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Yo sé como va a terminar esto. Argentina clasifica al mundial de Sudáfrica 2010, y es más, sale campeón por penales contra brasil. Riquelme convierte el último penal y es campeón, al diego le da un bobaso y cae redondo. Los jugadores lo levantan como a una feta de salame y dan la vuelta olímpica cargando con el cadáver del diego envuelto en una bandera argentina y de fondo la canción del mundial noventa. Es esto o escuchar reggae.
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Caminaba por la rambla, cuando de repente sentí un “plup”, el ombligo se me salió hacia fuera y pensé: El Jesús de las revistas mormonas es el mejor. Es rubio, velloso y varonil. Como el de lost. Si existe Jesús yo quiero que sea así. Una mezcla de estrella de rock noruega con Williams Wallace.

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Iba por la calle en bicicleta, hablaba solo, mi monólogo era sobre la inseguridad. Iba bien, cuando de pronto, vi un león, el león me miró, empecé a pedalear y el león me atrapó, recuerdo que no me jodia morir, me molestaba tener tanta mala suerte; luego aparecía en el hospital, estoy vivo me decía, safé, pero al lado mío, en la misma camilla, estaba el león y me quería coger. No sabia por qué el león estaba internado, lo mismo llamé a la enfermera y le dije que al lado mío había un león, que si podía por que no me cambiaba de habitación. La enfermera me decía que no, porque yo era Menem y era un hijo de puta, me ponía un espejo de mano frente a mí y era cierto, yo era Menem, gritaba. El león se sacaba la cabeza y era Hitler, y sin saber como, aparecíamos los dos en la playa, a puro sol al final de la hilera de sombrillas amarillas. Yo tendido sobre una lona verde a tiras blancas y Hitler enterrado hasta el cuello. El resto era puro sol.

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Este muñequito psicótico del burrito ortega que obtuve cambiando cien tapitas de coca cola durante el mundial de Francia noventa y ocho insiste todas las noches desde el segundo estante de la biblioteca en hacerme bailar reguetón. Me obliga a robarle la ropa a mi mamá y a vestirme como una puta del Bronx. Una pendeja de video clip berreta de dady yanqui. De yasi mell. Le encanta verme perrear, lo excita. Pero esto se acabó. Soy un hombre, técnicamente soy un hombre. Y hoy a la noche le voy a decir, no me jodás más con tus boludeces de reguetón, me tenes harto cabeza, que te pensás que sos. Mejor ándate, lejos de aquí enano de mierda. No te quiero ver más. Forro.


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Me gustaría formar parte de un grupo de cumbia, de tropipunk, sacar un disco y tener mucho éxito, poseer un repertorio de temas inolvidables que pasen a la historia y gozar de mucha fama en todo el continente, luego matarme en una ruta boliviana mientras recorro toda América en una gira de lujo y que mis fans monten un santuario en ese sitio y en la televisión me atribuyan milagros.

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Hace calor. Caminas por la arena moderadamente infeliz. El canal local te dijo que el buen clima va a durar toda la semana. Observas en la playa al dinosaurio violeta como camina repartiendo panfletos con dos pendejos adosados a la espalda. Ves a los nenes como le tiran bombas de arena. Sin quererlo y sin dinero estás pasando el tiempo placidamente. Y de repente, sentís un “plup”, se te sale el ombligo hacia afuera y pensás: que si tu abuela hubiera muerto en un ajedrez humano, y no en ese horrible programa de concurso, vos todas las noches sacarías el ajedrez del armario, armarías el tablero en el piso y reconstruirías el maldito enroque corto una vez y otra vez y otra vez hasta que te venga el sueño.


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Yo sé porque Juan Manuel no quiere andar en bicicleta. Porque cuando era niño hacia ciclismo, era fanático, y en los juegos panamericanos de mar del plata fue a ver una carrera de velocidad. Cuando terminó la competencia, se escapó de sus padres y se fue a los vestuarios. Quería conocer a sus ídolos, los hermanos curuchet. Sorteó un par de obstáculos, lloró frente a un seguridad y logró infiltrarse. Pero lo que vio fue otra cosa. No eran los iconos del deporte que el pensaba, en cambio, los encontró a los dos dados vuelta, súper porreados. Corriendo desnudos a travestis con botellas de champaña. Juan Manuel observaba la escena por la fisura de la puerta entreabierta; y de pronto, Juan Curuchet se le acercó, empezó a tocarle el pecho y le estiraba las tetillas. Juanma no podía moverse, quería gritar pero no podía. Luego, se acercó el otro Curuchet y lo violaron. Y esto explica todo.

5 comentarios:

  1. súper porreados. Corriendo desnudos a travestis con botellas de champaña jajajajaaaa


    si no especificas q murio en el enroque no se entiende. o mas o menos

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  2. Hace calor. Caminas por la arena moderadamente infeliz. El canal local te dijo que el buen clima va a durar toda la semana. Observas en la playa al dinosaurio violeta como camina repartiendo panfletos con dos pendejos adosados a la espalda. Ves a los nenes como le tiran bombas de arena. Sin quererlo y sin dinero estás pasando el tiempo placidamente. Y de repente, sentís un “plup”, se te sale el ombligo hacia afuera y pensás: que si tu abuelo hubiera muerto como un rey en un ajedrez humano, y no en ese horrible concurso de bochas, vos todas las noches sacarías el ajedrez del armario, armarías el tablero en el piso y reconstruirías el maldito enroque corto una vez y otra vez y otra vez hasta que te venga el sueño.

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  3. Si existe Jesús yo quiero que sea así. Una mezcla de estrella de rock noruega con Williams Wallace.


    el resto es puro sol, debe ser borrado.

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  4. Yo tendido sobre una lona verde a tiras blancas y Hitler enterrado hasta el cuello.

    me mata
    me mata
    me mata.

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  5. me re cabió el del grupo de cumbia y el otro...el de menem

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