Tengo un hippie negativo en el cerebro

Ayer venía caminando eran como las nueve de la mañana, el sol me caía re bien, luminoso amarillo teletubi, entonces bajo por la playita y la arena re bien en los pies y cosa que vi a un tipo besándose con un nene, entonces me acerqué y le dije al tipo que deje en paz al nene y lo empujé, y agarré al nene lo alcé y le pregunté si estaba bien; pero así re mal, era un enano y me fui corriendo.

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Una mosca se posa en la pantalla del televisor. Trato de espantarla tirándole una media. Pero se aleja y luego vuelve a posarse en el mismo lugar. Un punto negro recorre la pantalla en pleno show inaugural de las Olimpiadas. Tendré que apagar el televisor y seguir pensando en el plan. El plan para secuestrar a Mirtha Legrand, volverme millonario y cumplir el sueño que he anhelado durante años en la oficina: tener los testículos y el miembro de oro puro.

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Hace algunos años, Mirtha Legrand sorteó en su programa ocho monstruitos que se hicieron con la piel que sobró de sus operaciones. Tenías que llamar y una computadora registraba e imprimía tus datos en un cupón y listo, ya estabas participando del concurso. Mi familia ganó. La criatura llegó por correo. La trajo un deforme en una caja de cartón. La bestia era lila, dócil y mimosa como un gato. Vivía en la bandeja de las frutas de la heladera. Toda la familia la adoraba. Mi madre, abría la heladera y la criatura le sonreía. Inseparables desde el principio de los días, el monstruito y yo caminábamos cogidos de la mano por toda la casa. Me visitaba en sueños, me invitaba a sentarme con ella incluso en la vigilia, en la acción cotidiana de mis días. Yo debuté con él. Surgió y nos enamoramos. Era joven y la familia se opuso a nuestro casamiento. Pronto se hicieron eco de la noticia los medios de comunicación. Cris Morena hizo una obra de teatro con nuestra historia que fue un éxito. Recibimos regalías, varios dólares que invertimos en la cura de la Gripe A. Con el resto viajamos. En nuestra noche de bodas, tuvimos otros hijos. Nacieron con barbijos. Tenían grandes alas. Sobre la cama flotaban los perros. Desde la ligera fisura de las sabanas, espiábamos la escena. Se les veía la panza blanca, de pelaje, como de ballena. Los hijos se alejaban. Y los perros no nos dejaron dormir nunca más.

5 comentarios:

  1. me encanto. del kitsch, al ridiculo. candente.

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  2. me recomendaron este blog y era cierto: sos groso.

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  3. si, candente sin dudas sería la definición perfecta. por momentos también hubo emoción profunda. groso. y cuando terminé de leer dije "guau!"
    candente y perruno.
    despues lo vi más atrás al último.

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  4. yo quiero desde el fondo de mi corazon un monstruito que viva en mi heladera. hay demasiadas frutas y no tengo con quien compartirlas. creo que he de morir de cosas asi.

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