Melmac

Estaba mirando televisión. De súbito, de la alfombra, brotó una rata. Primero, creí que era un bulto, un pene zombi, que volvía de la ultratumba, con alas. Le pregunté, si era una rata. Me dijo, que no. Las ratas no hablan, le dije. Esta bien, Yo no soy una rata, soy Ricky Maravilla. Tomó un peine, y lo usó, como micrófono. Bailamos y cantamos toda la noche, que tendrá el petizo. Hasta que llegó mi amante.
*********

Un pequeño extraterrestre del planeta Melmac se estrella con su nave en la Tierra. Nicolás, un típico hombre aspirante a escritor, lo acoge en su casa, escondiéndolo no sólo de las autoridades sino también de vecinos, amigos y parientes, pues creen que la vida del simpático Alien (al que llama alf) correría peligro de conocerse su existencia. Pronto, Nicolás, empieza a considerar a, alf, como uno más de la familia, pero también, comenzarán los problemas de convivencia, pues alf, es un ser egoísta, comodón y poco educado, que sólo piensa, en sí mismo, en comer, en ver la tele y en cantar. Ni tonto ni lerdo, Nicolás, ve dotes de cantante en el extraterrestre. Le hace grabar un disco. Es un éxito. Alf, se cambia el nombre a Ricky Maravilla. Nadie nota que no es humano.
Recorren el país, con su éxito, “que tendrá el petizo”. Se cazan. Van a cenar a lo de Mirtha Legrand. Tienen un hijo. Llenan bailantas y estadios.
Mueren en un accidente automovilístico.
El hijo de ambos, se llama francisco de Narváez,
y tiene una brillante vida política.



*********

Ya había dispuesto las revistas, sobre la cama. Vestido, con la ropa de mi madre, me disponía a la venta, de bebés, a pesebres vivientes, la venta venia bien. Las tetas, las tenia sentadas, pero ya, se habían desprendido. La mañana no podía ser, mas linda. Y como de costumbre, se me presentó, un ángel. Agitaba sus enormes alas. Su brazo terminaba en un balón de futbol. Las ratas, inexpertas en esos juegos, florecían inertes de la tierra. Era pelé. El rey pelé. Fue entonces, que me invitó, a jugar un partido. Le dije, si. Se extiendo abriendo largo sus blancas, y aparecimos, desde el cuarto, en un estadio. Del otro lado del circulo de la media cancha, entregados, en una formación básica, los niños del Brasil. Dentro de todo, los del equipo contrario, eran, como pequeños Hitler. Apoco, volví. Hice un pozo, en la arena, y salió un chino.

2 comentarios:

  1. sosungeniososungeniososungenio.


    nos debes un miércoles, este te toca de alumno a vos tambien Mr.F


    saludos cordiales.


    ((S))

    ResponderEliminar