padre grasi. ayudenos. denos el can.

Padre grasi, di, grasi, usted, que duerme con fisiculturistas, ladri, que los acomoda bajo la ostia y la baba, los mueve como turistas en domingo, le pido que se lleve, a mis hijos, se los regalo, son suyos, grasi, estos hijos, judíos, se los regalo, judíos, son suyos, lléveselos de regalo, con este bisturí y estos trapos, los construí sobre mis propias manos, son ninjas, son niños, expertos, son míos, y se los cedo, esto es un lío, niños, y algunos corpiños, el placer el placer que pueden brindar no lo vera en otras sabanas, padre, no lo podrá creer, menos, usted ve, y ya sa, y sabe, ya, la cama que en el suelo del sentido se deshoja, deja volar sus sabanas en un cuerpo amordazado, ninguna almohada se puede remendar con los restos de otra, menos en esta historia, donde algunas sabanas empezaron de campana, terminaron fingiendo el papel en el nudo de una mordaza, otras fueron piel, recluidas de toda carne, pero nada se recluyo en el pliegue de una memoria modulante, y siga, vamos, sigamos, déme la mano, haremos un túnel sobre los alambres, padre, padrecito, lo iremos a rescatar del presidio, cito, mis hijos me darán , abajo, una mano, una canción, ¿y? yo lo vi, fue una visión, Afuera llovía, y con el caer de la tarde la luz disminuía en intensidad, aunque no en brillo, y los niños combatían, cuerpo a cuerpo, y los niños combatían, llevaban, ciegos, en los ojos corpiño, en sus refugios de almohadas, y yo lo vi, en un pantalón corto que se desplazo del campo a la llanura, se asomo un bulto, quedo la forma y ya ausente el objeto, la forma en el corderoy, me incitaba a tocarme la cotorra, pero lo rescataremos, y nos iremos los seis, lejos, a una casita, en las sierras, una cabaña feliz, , rosa, con tres paredes, un techo, que será la cuarta, y ahí, ahí viviremos en paz. En paz en paz, no podremos estar. Pero viviremos, se fingirán, algunos efectos. Como una familia seremos, como una familia.