en el penal.

Lo importante es que abuelo terminó sin vida con su trabajo de parto. Que. Lo que nos mantenía unidos, era esa criaturita que había salido del cuerpo de nuestro amigo, y bailaba ahora al ritmo de nuestras palmas. Adorable y maldito a la vez. Nos traía algo que habíamos olvidado. Algo que en el penal habíamos perdido, nuestras ganas de vivir, de poner un salón de belleza – bailanta. De algún modo, nos olvidavamos, de todo.

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