Anoche estrangule un emo en una disco gay. Digamos. Era un mariquita carita de ángel, boquita de fresa piercingeada. Digamos, ha _ da.
Él era. todo melancolía. Todo. Toda soledad y melodía.
Lo estrangule. Lo estrangule con una remera de my chemichal romance que flotaba en el aire, lo estrangule, porque se negó a dejarme un lugarcito en el sillón del VIP, porque me tiro el banana split de un sopapo.
Luego me lo cogí.
Lento.

por el orti.
Lento.
Como un chileno.
Por un momento me sentí Beatriz salomón en un cabarute de los ochenta. Me sentí. Estaba en irreversible. Porque todos los maricas y las tortis me rodearon y, y empezaron a gritar, y, y sacar fotos. A gritar. Fue brutal, top. Yo posaba, hacia caras mal.
Hasta que llegaron los poli.
Pero yo estaba tan confundido por el prosac, por los flashes y la luz sentimental que me adornaba, que empece a correr por toda la disco(madona de fondo " like a virgen") con el emo abotonado, colgando colgando de entre mis piernas, él: duro como si no pasara nada, yo, yo lo único que atinaba a decir era
"dont hit me I'm american"
"dont hit me I'm american"
"dont hit me I'm american"

1 comentario:

  1. Hola nico! Lindo blog, lindo post , lindo vos, me dio tos.
    Besooooooooooo

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